En la madrugada de ayer, mientras el pueblo enardecido de Centro Habana celebraba sus acostumbradas nupcias con los fermentos más envilecidos de caña, fue atrapado in fraganti el fotografiado anexo en el momento mismo de cometer su horrendo crimen de lesa vileza contra el patrimonio nacional.
Jesús, gracias por mandarme el enlace a tu blog, ahora mismo se lo envío a otros amigos blogueros. Esta foto del Capitolio es única, jajaja, y la del tocinillo del cielo me dio tal hambre que voy ipso facto a buscar de comer en el refrigerador. Carlota se nota disfrutando Las Cruces, qué linda.
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